viernes, 31 de julio de 2015

¿Por qué fracasan los procesos de mejoramiento?, tres

Factores críticos en la partida. Hervir el Océano
Por: Francisco Javier Ferrada Guerra

En la implementación de la búsqueda de la Excelencia, el fracaso es el resultado más frecuente en estos procesos.  
Mayoritariamente esto se debe a cuatro factores que interactúan y se potencian para impactar negativamente en el resultado. Estos son, la invisibilidad de los beneficios del mejoramiento, la falta de convencimiento de los líderes que la cultura de gestión es factible de cambiar, la pretensión de abordar simultáneamente a toda la organización en este esfuerzo de mejoramiento y el error en el diagnóstico del nivel de madurez de la organización.

Hervir el Océano, la pretensión de abordar simultáneamente a toda la organización en este esfuerzo de mejoramiento. Este concepto dice relación con los problemas del alcance del proceso de mejoramiento. En este punto hay que considerar que habitualmente se presenta un problema estratégico y uno táctico. El primero se refiere a que parte de la organización será sometida al cambio que significa el mejoramiento y el segundo, al tamaño del alcance del proyecto específico de mejoramiento. Errar en la definición del alcance del proyecto es equivalente a querer hervir el océano. Tal como se puede deducir de la figura n°1, la energía que demanda este error es inmensa y frecuentemente tiene efectos no deseados.

 
Figura n°1

El error estratégico es cuando las organizaciones deciden implementar los métodos de mejoramiento estructurados en toda la organización, seguramente por un sentido de integridad y por qué las oportunidades de mejora que enfrenta son múltiples y se presentan en toda sus unidades. Los aspectos importante que deben tener presente las organizaciones en la decisión son que sus partes tienen diferentes niveles de madurez,  cultura y necesidad de mejoramiento, ya que estas iniciativas demandan un nivel de capacitación, control, expectativas y personal operativo separado parcialmente de sus labores habituales, que son difícil de administrar, sobre todo en estos desafíos en que se carece de experiencia.  La pregunta relevante que hay que plantear y entender para responder se refiere a ¿qué tipo de recursos y qué cantidad se requieren?, para el correcto despliegue de esta iniciativa.


El error táctico dice relación con el alcance del proyecto de mejoramiento, habitualmente es amplísimo pretendiendo darle un dinamismo a las mejoras, que termina resultando su peor enemigo, incluso más que la variabilidad.

Esto se explica fundamentalmente por lo siguiente:

a)   La mayoría de las empresas se organiza y representa funcionalmente. Este esquema  no ayuda a identificar los límites naturales que existen entre las actividades y que dan forma a los procesos.
b)   La intensa interdependencia de los procesos, frecuentemente sin definiciones formales o poco claras, origina la sensación que es necesario ampliar el alcance de la iniciativa de mejoramiento.
c)   Por ser iniciativas nuevas, la organización  dispone de pocas personas que han desarrollado habilidad para definir eficazmente los proyectos de mejoramiento.

Una Organización Basada en Procesos ofrece la posibilidad de identificar de mejor manera la necesidad de los proyectos de mejoramiento y definir correctamente su alcance. Si entendemos la figura n°2 como una representación de la organización, la cual es susceptible de subdividirse en procesos y la figura n°3 representa el proceso, con cada una de sus partes, donde destacan las entradas, salidas (flechas), los histogramas (líneas azules) que representan las estadísticas de los resultados del proceso y los CTQ que son los críticos de calidad del cliente, por su sigla en inglés, entonces se puede percibir con mucha mayor claridad donde está el origen de los diferentes problemas que se enfrentan.

Figura n°2

La representación de la interdependencia entre los procesos se refleja en que las salidas de uno son las entradas de otro. Es ahí donde se produce la transferencia de variabilidad y por tanto la probabilidad de defecto.


Figura n°3


 
Por esto, la importancia del enfoque de procesos. De ambas figuras se puede deducir que la variabilidad de un proceso afecta el comportamiento del siguiente. La representación funcional, que habitualmente se presenta en la organización, es la que dificulta ver con claridad donde comienza y termina el proceso y la fuerte interrelación que existe entre ellos. Estas son algunas de las razones de la tentación de corregir problemas, de manera simultánea, tanto aguas arriba como abajo del proceso seleccionado, lo que tiene como consecuencia un alcance extenso, difuso y muchas veces desenfocado de las necesidades del cliente.

¿Qué consecuencias tiene esto? Fundamentalmente proyectos de mejoramiento difíciles de ejecutar, de duración extremadamente larga y con resultados decepcionantes. En resumen pérdida de entusiasmo y fracaso en la iniciativa.

El desafío entonces es dimensionar correctamente los recursos requeridos para el despliegue del mejoramiento, evaluar adecuadamente la estrategia global, determinando el alcance en la organización y entendiendo que esto es un cambio de cultura que se inicia y no termina.


En el plano táctico, la correcta definición del proyecto de mejoramiento es clave y ésta pasa por identificar y documentar, lo que habitualmente no estamos acostumbrados, correctamente el problema a resolver, identificar y definir eficazmente el alcance, reconocer adecuadamente el equipo multidisciplinario requerido y su tiempo de dedicación necesario.

domingo, 26 de julio de 2015

¿Por qué fracasan los procesos de mejoramiento?, dos

Factores críticos en la partida. Falta de convicción en el cambio
Por: Francisco Javier Ferrada Guerra

En la implementación de la búsqueda de la Excelencia, el fracaso es el resultado más frecuente en estos procesos.
Mayoritariamente esto se debe a cuatro factores que interactúan y se potencian para impactar negativamente en el resultado. Estos son, la invisibilidad de los beneficios del mejoramiento, la falta de convencimiento de los líderes que la cultura de gestión es factible de cambiar, la pretensión de abordar simultáneamente a toda la organización en este esfuerzo de mejoramiento y el error en el diagnóstico del nivel de madurez de la organización.

Falta de convicción en el cambio. No es factible pensar en una iniciativa de mejoramiento sin la convicción de los líderes. No he conocido a ningún líder que se reste a las iniciativas de incrementos de productividad y mejoramiento, sin embargo conozco muchas que fracasaron por la falta de convicción de sus líderes. ¿Cómo explicar esta aparente contradicción? Desde mi punto de vista, esto se explica por dos elementos que viajan en direcciones opuestas y que su encuentro lo provoca un tercer elemento.

El primer elemento es el ambiente organizacional habitual en que se desenvuelven nuestros ejecutivos-lideres. Éste se caracteriza esencialmente por:
  1. estar orientado a la acción,
  2. con fuerte presión al cumplimiento de metas de producción,
  3. en un ambiente reactivo y planificación débil
  4. en este ambiente los defectos se ven como oportunidades de reacción, y para destacarse, no de mejora.

Muchos de los ejecutivos-lideres, durante el desarrollo de sus carreras adquieren y potencian habilidades para resolver rápidamente y con poca información. En ese ambiente, son exitosos.

Este escenario permanente desde el inicio de la vida laboral de nuestros ejecutivos-líderes comienza a forjar este enfoque reactivo y que forma y ratifica el paradigma que la gestión es así, “siempre se ha hecho así” y en consecuencia se asienta la idea que no es posible cambiar la cultura de gestión, inevitablemente condiciona la forma de ver el negocio y por lo tanto de hacerlo.

El segundo elemento se origina en que los incrementos de productividad basados en el mejoramiento demandan ciertas condiciones y requerimientos que no se dan en el ambiente descrito. Algunas de ellas son:
  1.  equipos de trabajo multidisciplinarios no operativo, en que sus miembros trabajan en paralelo en su área operacional,
  2.  necesidad de verificar la coherencia de las métricas con los críticos de satisfacción del cliente,
  3.  necesidad de disponer de mediciones válidamente realizadas,
  4. fuerte enfoque de procesos,
  5. contrastación, análisis y discusión de datos, conclusiones consensuadas,
  6. otro factor que caracteriza este ambiente, de mejoramiento, es que la estrategia de una u otra forma, tiene necesariamente que definir y contar los defectos. Esto normalmente para los operadores, que hacen sus mejores esfuerzos, no siempre en las mejores condiciones, los predispone negativamente.

 Todo lo anterior en un ambiente de reflexión, con sentido de urgencia pero con aplicación rigurosa de métodos para lograr resultados de impacto.

El tercer elemento clave en este proceso, que cataliza el enfrentamiento, es que la detección de la imperiosa necesidad de incrementar la productividad se origina en un nivel superior, que habitualmente no está en contacto con los detalles operativos que provoca cada uno de los ambientes descritos. El origen del reconocimiento de la necesidad provoca que el mejoramiento aparezca como un mandato al que no hay que negarse y desvinculado con la realidad cotidiana de los líderes, ya que deben materializar el incremento de  la productividad, por medio de método de mejoramiento que no les son familiares y que obligan a cambios significativos en la manera de hacer las cosas.

El desafío entonces es entender cómo hacer que estas fuerzas no entren en colisión, figura n°1, y lo que está destinado al fracaso resulte en un esfuerzo exitoso.

Figura n°1

El primer gran paso es reconocer que los incrementos de productividad originados en el mejoramiento de la gestión son un cambio, ¡por definición!

Lo segundo es entender que la efectividad del cambio, ver figura n°2, es una ecuación en que intervienen la técnica y las personas. La técnica con una importancia muy inferior a la que los propios técnicos habitualmente le asignan, siendo indispensable. Las personas, con una necesidad de atención muy superior a la que habitualmente se le dan. Cada una con particularidades diferentes que se deben reconocer.


Figura n°2


Para el éxito del proceso de mejoramiento, en la organización, debemos encontrar el justo equilibrio entre los elementos de la ecuación, dando los espacios y tiempos a cada cual.

viernes, 17 de julio de 2015

¿Por qué fracasan los procesos de mejoramiento?, uno

Factores críticos en la partida. Invisibilidad de los beneficios
Por: Francisco Javier Ferrada Guerra

En la implementación de la búsqueda de la Excelencia, el fracaso es el resultado más frecuente en estos procesos.  
Mayoritariamente esto se debe a cuatro factores que interactúan y se potencian para impactar negativamente en el resultado. Estos son, la invisibilidad de los beneficios del mejoramiento, la falta de convencimiento de los líderes que la cultura de gestión es factible de cambiar, la pretensión de abordar simultáneamente a toda la organización en este esfuerzo de mejoramiento y el error en el diagnóstico del nivel de madurez de la organización.

Invisibilidad de los beneficios. Para la mayoría de los involucrados no es evidente la magnitud ni el impacto del beneficio de mejoramiento. Sin duda alguna, esta es una barrera a la implementación de una cultura de productividad. Habitualmente la cultura de la reparación y reacción se confunde con la de mejoramiento o productividad. La primera se distingue de la segunda básicamente por tres cosas;
a) es una cultura que no distingue entre los costos de mala calidad y los sustentables, es decir los coherentes con la rentabilidad planificada,
b) es la cultura de la reacción, la planificación débil y la supremacía de la producción “a cualquier costo”,
c) las decisiones habitualmente no se hacen con el criterio de rentabilidad a la vista.

En este esquema de registrar tanto los costos sustentables con los de mala calidad como uno solo, ver figura n°1, habitualmente no se contabilizan los errores. La herramienta del presupuesto pasa a ser la peor aliada para la excelencia. Como el proceso presupuestario tiene una fuerte componente histórica y habitualmente se hace bajo presión del escaso tiempo que se tiene para la planificación, la tendencia es a perpetuar los costos de mala calidad, al oficializarlos en el presupuesto.


Figura n°1

Nuestros ejecutivos, habitualmente hombre de acción que se basan en la experiencia e intuición, en este ambiente no les es posible tomarse el tiempo para sentar las bases de la cultura de productividad.

Mayoritariamente se desconoce que la cultura de la productividad tiene como “botín” potencial entre el 20% y el 50% del valor de las ventas, según The Six Sigma Handbook, Third Edition, Mc Graw Hill, valor que es difícil imaginárselo si no se tiene un sistema que lo soporte. La figura n°2 contrasta con la n°1 ya que ésta distingue los costos de mala calidad de los de sustentación.

Figura n°2

Con esta información disponible, sin lugar a dudas el tipo de decisiones, las prioridades en los procesos y el focos que tanto los supervisores como los ejecutivos tendrían, cambiarían radicalmente y en consecuencia el estilo de gestión de la organización.

Si no se ven los costos de mala calidad, no se ven los beneficios de su eliminación, es decir del mejoramiento.