Mejoramiento y Variabilidad
Por:
Francisco Javier Ferrada Guerra
La variabilidad es
el enemigo, un paradigma que lideró Six Sigma y que con el tiempo lo acogieron
la mayoría de las estrategias de calidad. ¿Por qué es importante fijar el foco
en la variabilidad? ¿Es factible eliminarla? ¿Qué tipo de variabilidad
enfrentamos habitualmente? ¿Qué relación tienen estos temas con nuestra
problemática de eficiencia, productividad, satisfacción del cliente?
Después de 17 años
trabajando en el proceso que era de mi responsabilidad, nunca tuve la sensación
que la variabilidad era el enemigo. A pesar de mi especial interés por las de estadísticas,
en general superior al de mis colegas, nunca tuve la claridad como para ver que
la dispersión y frecuencia de los resultados eran un camino para resolver mucho
de los problemas del proceso. El tema no es obvio, nunca durante toda mi
experiencia trabajando en mejoramiento, 15 años, me tocó ver algún dueño de
proceso que entendiera y tuviera conciencia, es decir estuviera trabajando en
algo concreto, de la importancia de reducir la variabilidad, dada sus
consecuencias. Si no tienes experiencia directa para tratar el tema de la
variabilidad y sus consecuencias, es muy difícil que se tome conciencia y
decidan atacarla frontalmente. La única manera de derrotarla.
Nuestro mundo, está invadido de efectos no deseados producto de la
variabilidad que existe el él, la incertidumbre,
desconocimiento, incredulidad, riesgo, defectos. Todo esto tan habitual que ya
hemos llegado a pensar que son normales sus altos niveles y no es factible
hacer mejoras.
¿Por qué es tan
importante reducir significativamente la variación? La principal razón, en el
mundo de los negocios, es porque es parte importante del camino hacia el
incremento de la satisfacción del cliente. Si entendemos que los efectos
negativos de la variabilidad están siempre interactuando con los efectos
positivos, como se desprende de la figura n°1, reducir la variabilidad
significará incrementar los niveles de certidumbre, aumentar el conocimiento
del proceso, incrementar la credibilidad, especialmente relacionada con el
cliente, aumentar la certidumbre de las respuestas del proceso y mejorar el
desempeño al reducir los defectos. Todo lo anterior se traduce en menores
costos de mala calidad.
Figura
N°1
Alcanzar los
beneficios de la reducción de la variabilidad es una recompensa lo
suficientemente atractiva como para hacer los cambios a la manera de trabajar
actual. Para enfrentar esta tarea es indispensable establecer una estrategia
específica para reducir la variabilidad, de lo contrario seguiremos conviviendo
con ella y con todo lo que conlleva.
Aspectos para una
estrategia exitosa
Para diseñar una
estrategia efectiva de control de la variabilidad, creo es muy importante
entender algunas cosas básicas de ella, muchas de las cuales son bastante
simples, sin embargo frecuentemente olvidadas.
Lo primero que hay
que considerar en la estrategia contra la variabilidad, es que hay que
enfrentarla en el contexto de cada proceso, donde se presenta. Su naturaleza
está dada por la naturaleza de cada proceso, en este caso hervir el océano no
es una buena idea.
Lo segundo es que la
variabilidad total, la que afecta al cliente del proceso y que se muestra en la
línea de color rojo en la figura N°2, está compuesta por: la variabilidad que
le es propia al proceso y que se origina en su naturaleza, en el diseño, los
equipos, la tecnología, etc. por lo tanto no es susceptible de ser eliminada en
el corto plazo, representada por la línea de color café en la figura N°2.
Adicionalmente está la variabilidad originada en la forma de gestionar el
proceso, esta es susceptible de ser eliminada, ya que es producto de la falta
de destreza, conocimiento, de control, riesgos no controlados, ineficiencia, representada
por la línea de color azul en la figura N° 2 y finalmente la variabilidad que tiene
su origen fuera del proceso, la que ingresa en la variabilidad de los insumos,
materias primas etc., representada por la línea de color verde, en la figura N°2
Figura
N° 2
Lo tercero de la
variabilidad se refiere al nivel de control de las diferentes fuentes de
variación que tiene el dueño de proceso. Es posible que en muchas
oportunidades, el control que tengamos sobre las fuentes de variación nos
limitará en la guerra contra ella, por lo tanto será siempre muy importante
entender a cabalidad que tanta gestión podemos hacer sobre las fuentes de
variación. En muchas oportunidades, sobre todo en una etapa temprana del
proceso de reducción de la variabilidad, deberemos aceptar que no podremos
eliminar parte de ella.
Finalmente un
aspecto muy relevante en la guerra contra la variabilidad se refiere a que
debemos ser capaces de distinguir entre las diferentes fuentes de variación
aquellas que son significativas, en términos de su aporte a la variabilidad
total y aquellas que no son relevantes. Esta distinción es vital para la
eficacia del diseño de la estrategia de reducción de la variabilidad ya que es
un factor que al no considerarlo afecta negativamente la batalla en su contra.
La variabilidad en
los resultados de los procesos.
Si nuestro proceso,
en un ejemplo aclaratorio, tiene por objeto la fabricación de un producto que
tiene 4 características que son de importancia para el cliente y habitualmente
tiene dificultades en ellas, es decir no siempre el proceso es capaz de
producir un artículo que cumpla con los atributos que el cliente le solicita.
Esta situación origina insatisfacción, mayores costos, incertidumbre, etc... Mientras
mayor es la proporción de artículos que no cumplen con el atributo exigido,
mayor serán los inconvenientes. La pregunta es ¿por qué se origina estas disconformidades?
Uno también se puede preguntar, ¿Por qué razón existe variabilidad en el
cumplimiento de los atributos? ¿Todos los atributos tienen el mismo nivel de
variabilidad? ¿Existen atributos que no presentan problemas? Esta son preguntas
de carácter general, por tanto responden a tópicos asociados a la variabilidad
total. Si somos capaces de identificar que una de las disconformidades tiene su
origen en la materia prima, entonces dado que somos una fábrica que compra
materia prima, estamos en presencia de una fuente de variabilidad externa al
proceso. Si somos capaces de ajustar esa fuente de variación, desde luego que
reduciremos la variabilidad total y en consecuencia se aumentará la
satisfacción al cliente. Por otro lado, si identificamos que la cantidad de
insumo aplicado en el proceso impacta uno de los atributos, entonces estamos
ante una fuente de variación por la gestión del proceso, es decir interna al
proceso. Este problema puede tener varios orígenes: puede que no sepamos con
claridad la cantidad apropiada de insumo, puede que no tengamos la tecnología
adecuada para adicionar la cantidad correcta, puede que los operadores no
entiendan correctamente la forma de adicionar el insumo, puede que se sepa la
cantidad y la forma de adicional el insumo pero no se sepa el impacto en la
satisfacción del cliente y por tanto no se le da la importancia que tiene. Este
es una típica fuente de variabilidad que requiere mucho liderazgo para ser
reducida o eliminada. Finalmente, nos encontramos con un problema de diseño en
alguna de las máquinas disponibles, por ejemplo, para la ejecución del proceso
que se traduce en que algunos atributos importantes para el cliente no cumplen
con la especificación. Este caso da origen a la variabilidad propia del proceso
y que es muy difícil de reducir o eliminar en el corto plazo. Si entendemos
cada caso en profundidad estaremos en mejor pie para reducir la variabilidad
del proceso y aumentar la satisfacción del cliente.
En muchas ocasiones
es preferible enfocarse en la reducción de las fuentes internas y sobre todo
las controlables y postergar la reducción de la variabilidad de fuentes externa
al proceso, esto debido a que la reducción de variación pasa a ser un problema
de gestión del cambio en áreas donde no se ejerce el liderazgo.